Vagaba con mis pensamientos esclavos de la ignorancia del no saber por que de las cosas. Un brillo deslumbro las ideas que corrían como corrientes de un rió agitado. Pero espere como una fiera espera a su presa y reflexione acerca de la vida.
Y me pregunte; ¿Por qué nos hacemos daño unos a otros? Que es lo que agita el alma sin pena que sin razón alguna rompe el molde del amor eterno. No somos animales,me dije a mi conciencia, pero ellos, no son lo que pensamos que son, parecen maestros y doctos de la convivencia, sabios de la vida ,expertos de la sobre vivencia; padres de ternura y amantes de los suyos.
Será,que los hemos dejado y se nos han adelantado desde los primeros días, y siempre han estado ahí para recordarnos que la vida es maravillosa y que cada ser ,vecino en la tierra, tiene un valor eternos etiquetado desde el cielo.
¡¿En qué momento de la existencia lo perdimos todo?! Por que el amor eso es todo, sin él, la vida no sería edificada , las semillas de los árboles no caerían a tiempo y los colores de las flores y las montañas serían grises de tristeza. Y lo más sublime , el hombre y toda la raza humana, su existencia no tendría historia; porque seríamos como aquel planeta que nos cuentan en la escuela ,que no tiene agua ni vida, que no puede sostener ni al más pequeño ser que respira.
De nuevo volví a mi la realidad y mi hija con una queja persistente me dijo que tenía hambre y no había nada en el refrigerador y se esfumo el profundo y alocado pensamiento de lo que soy. No me da pena vagar por la fantasía del universo ya que si no pienso no existo. (como lo dijo una vez un sabio griego).
Publicado por
María Isabel
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