"El Señor del Mar y Nuestra Señora del Carmen de La Legua, son parte de nuestra tradición y configuran, en cierto modo, la religiosidad del pueblo Chalaco. Ambas devociones ocupan un lugar preferente en su corazón. Y ambas nos revelan a su modo, un dato bíblico inolvidable: Que Dios protege su pueblo y lo ama con un amor más fuerte que cualquier calamidad o desastre" (Monseñor Ricardo Durand, Exhortación 24/05/1990).
El Señor del Mar, es una de las más bellas imágenes religiosas que representa la figura de Cristo en el pretorio romano, cubierto de túnica blanca y capa carmesí, ceñida su cabeza con una corona de espinas y sosteniendo de cetro una caña.
El Señor del Mar, tiene su tradición, con motivo del Maremoto del año 1746. El Callao fue totalmente destruido por ese Maremoto.
El Callao a sufrido constantes tsunamis y terremotos desde el año 1586. Sin embargo el ocurrido el 28 de octubre de 1746, es por todos considerado el más desastroso de su historia.
La ciudad estaba de fiesta... en la Iglesia Matriz, se festejaba a los Santos Patrones del pueblo, San Judas Tadeo y San Simón. Cuando el reloj marco las 10 y media de la noche la tierra se sacudió fuerte, según dicen los historiadores por más de tres minutos!! En aquella fecha el Callao se consideraba toda una ciudad reglamentada, por su condición de Puerto Principal del Virreynato del Perú, cobraba cada día mayor empuje. Tenia sus oficinas debidamente montadas y existían edificios especiales. todo quedo en la nada, al sacudimiento de tierra sobre vino la salida del mar que convirtió a la ciudad en un abrir y cerrar de ojos, en una masa completa; las calles se obstruyeron tanto, por el agua y por los escombros, muriendo 4,800 personas, salvándose apenas 200. Dicen que el mar se retiró, para luego regresar furioso sobre la ciudad. Los buques surtos en la bahía volaban prácticamente hasta el corazón de la ciudad. El "San Fermín", un navío de guerra de 30 cañones fue varado en las tierras bajas de Chacra Alta. Lo mismo ocurrió con el "San Antonio", "El Michelet" y el "Socorro". Se dice que el mar llego cerca de la capilla de La Legua y allí se detuvo, por ello los devotos agradecidos construyeron en ese lugar una Cruz Blanca.
Hubo hambruna general, todo desapareció. Nadie tubo nada, todo se había perdido. Las riquezas... las aguas las hundió!!. Dios es grande, hubo que salvar el barco "Socorro", en cuyas bodegas se conservó íntegro un cargamento de trigo, y con este aprovisionamiento, se pudo soportar el hambre que ya tomaba carácter serio entre el Callao y Lima.
Luego de diez difíciles años para el Pueblo Chalaco, en el año 1756, unos pescadores los esposos Casavilca, que furtivamente hurgaban en busca de algo útil en los lodazales de Chacra Alta en la ya fundada ciudad de Bellavista, hallaron entre los restos semienterrados del buque "San Fermín", un enorme cajón, que al ser abierto, se encontró misteriosamente respetado por las aguas, una hermosísima efigie, tallada en fina madera. Era la patética representación de Cristo, sentado sobre una roca, semi desnudo, golpeado, sangrante, detonando un rostro de infinita tristeza, de dulce mirada y penetrante a la vez, con lacerantes heridas ocasionadas por los azotes de los soldados de Pilatos después de sus sádicos castigos. Con los brazos estirados hacia adelante y las manos ligeramente abiertas, en actitud de entregar algo, a alguien. Representa el momento de espera de la sentencia que lo conduciría al Monte del Calvario, como culminación de su drama. Entregaría su preciosa vida por la humanidad.
Al maravilloso hallazgo de la efigie de consternante representación, los pescadores lo interpretaron como una revelación Divina, un mensaje de perdón a sus pecados y lenitivo a sus penas y sufrimientos.
Al inicio se le llamo "Señor de la Caña", también se le llamo "Señor Justo Juez", luego lo bautizaron con el nombre de "SEÑOR DEL MAR", por haber sido traído por las olas al Callao, y lo erigieron Patrón y Protector del Pueblo Chalaco; con la plena convicción y confianza que los libraría de las fuerzas malignas y sus calamidades. naciendo así el culto a la imagen, y desde entonces, los Chalacos mantienen viva su fe y devoción al "Divino Señor del Mar".
De dice que en el lugar donde fue hallado, se construyo una capilla, que después se convirtió en la iglesia de Bellavista, todos los 28 de octubre se le trasladaba al Callao, donde recibía el merecido homenaje del pueblo y de las autoridades. Al construirse en 1865 la iglesia "Rosa de Santa Maria" hoy "Santa Rosa", dejo Bellavista para quedarse definitivamente en el Callao
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