Y de la nada llegaste a darle luz a este infierno que me consumía poco a poco, con una simple mirada le dabas calor a mi frío corazón y de la misma forma yo alegraba tus días grises con mi locura y todas esas bromas tontas que volvieron a dibujar una sonrisa en tu rostro apagado y triste por la rutina de tu día a día. Quizá fuimos ese bálsamo que nuestros corazones lastimados necesitaban pero aunque hubo amor real, de ese que nace sin palabras, sin presiones, sin buscar nada más que calmar el dolor del corazón. Fuimos de esos amores que siempre vivirán en nuestro corazón y en los recuerdos, porque aunque el destino nos permitió coincidir, nunca podremos estar juntos...
Lo leí por ahí.
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