El marinero Ismael se halla en el puerto de New Bedford, Massachussets, buscando un empleo en un barco ballenero.
Se detiene en la posada del “surtidor” y conoce a un negro arponero de las islas del mar del sur llamado Queequeg, a quien toma por compañero y sirviente.
Se detiene en la posada del “surtidor” y conoce a un negro arponero de las islas del mar del sur llamado Queequeg, a quien toma por compañero y sirviente.
Ambos se juran amistad y se preparan para ir a la isla de Nantucket, en busca de empleo, en un barco que esta a punto de zarpar. En el puerto se halla el “Pequod”, contratando tripulantes para un viaje dedicado a la caza de ballenas.
Su capitán se llama Ahab. Cuando Ismael lo ve, siente que está poseído. Ahab a recorrido los mares, durante muchos años, cazando ballenas. En una ocasión, en el Pacífico había encontrado una ballena blanca, monstruosa, que destrozó su barco y le arrancó una pierna, la mastico y la devoró; dejándolo mutilado, con una pierna de palo, lleno de odio, para vengarse de la ballena, a quien llaman “Moby Dick”. Así comienza el viaje.
A través de momentos de bonanza, tormentas y huracanes, el “Pequod” navega por el Atlántico, rodea América del Sur y el Cabo de Hornos, y se adentra en el Pacífico. Pasan junto a barcos náufragos, a barcos balleneros rivales y a otras embarcaciones que les traen noticias de Moby Dick.
Al fin divisan a Moby Dick, monstruosa, blanca y terrible, empieza la alocada caza de tres días para capturarla. Moby Dick se vuelve, brama, y ataca, embiste y golpea, nada bajo el barco, lo azota con su poderosa cola, lo rompe y destruye.
Mientras el barco se hunde, llevando a Ahab y a toda su tripulación a la muerte, un ataúd de madera, que había en el barco, flota como un corcho; a este se agarra Ismael cuando se produce la catástrofe final. Sólo se salva él para contar lo sucedido
Su capitán se llama Ahab. Cuando Ismael lo ve, siente que está poseído. Ahab a recorrido los mares, durante muchos años, cazando ballenas. En una ocasión, en el Pacífico había encontrado una ballena blanca, monstruosa, que destrozó su barco y le arrancó una pierna, la mastico y la devoró; dejándolo mutilado, con una pierna de palo, lleno de odio, para vengarse de la ballena, a quien llaman “Moby Dick”. Así comienza el viaje.
A través de momentos de bonanza, tormentas y huracanes, el “Pequod” navega por el Atlántico, rodea América del Sur y el Cabo de Hornos, y se adentra en el Pacífico. Pasan junto a barcos náufragos, a barcos balleneros rivales y a otras embarcaciones que les traen noticias de Moby Dick.
Al fin divisan a Moby Dick, monstruosa, blanca y terrible, empieza la alocada caza de tres días para capturarla. Moby Dick se vuelve, brama, y ataca, embiste y golpea, nada bajo el barco, lo azota con su poderosa cola, lo rompe y destruye.
Mientras el barco se hunde, llevando a Ahab y a toda su tripulación a la muerte, un ataúd de madera, que había en el barco, flota como un corcho; a este se agarra Ismael cuando se produce la catástrofe final. Sólo se salva él para contar lo sucedido
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