Los humedales cumplen un rol importante en el desarrollo de las cuencas, así como de otros sistemas hidrográficos como el de la Amazonía y el Caribe. Siendo importante la conservación de estos importante para muchas actividades humanas.
El 2 de febrero de 1971 se firmó el Convenio sobre los Humedales, en la ciudad iraní Ramsar, definiendo a estos ecosistemas, en los que el agua juega un papel fundamental, así:
"Extensiones de marismas y pantanos, o superficies cubiertas de agua, sean éstas de régimen natural o artificial, permanentes o temporales, estancadas o corrientes, dulces o saladas, incluidas las extensiones de agua marina cuya profundidad en marea baja no exceda de seis metros".
A partir de este momento, se crearon una lista de las zonas húmedas de importancia internacional compuesta, en la actualidad, por 1.011 humedales de 117 países.
Estos ecosistemas mantienen una diversidad biológica única. Se caracteriza por su alto nivel de endemismo de plantas y animales así como la presencia de aves migratorias. Además, también sirven como refugio y como zonas de reproducción de gran cantidad de especies en peligro de extinción en particular aves, peces y anfibios.
La Convención de Ramsar emplea un criterio amplio para determinar qué humedales quedan comprendidos en su alcance, considerando dentro de estas disposiciones una amplia variedad de tipos de hábitat, inclusive ríos y lagos, lagunas costeras, manglares, turberas y hasta arrecifes de coral.
De acuerdo con esta clasificación, en el Perú se han considerado once humedales de importancia internacional: El Santuario Nacional Lagunas de Mejía (Arequipa), la Reserva Nacional de Paracas (Ica), la Reserva Nacional Pacaya Samiria (Loreto), la Reserva Nacional del Titicaca (Puno), la Reserva Nacional de Junín, el Santuario Nacional los Manglares de Tumbes, la Zona Reservada de los Pantanos de Villa (Lima), Bofedales y Laguna de Salinas (Arequipa), Laguna del Indio– Dique de los Españoles (Arequipa) y Complejo de Humedales del Abanico del río Pastaza (Loreto).
No obstante, las riquezas de los humedales piuranos no se quedan atrás, entre ellos tenemos a: Los Manglares de San Pedro, considerado como lugar de posada para aves migratorias; El Estuario de Virrilá, un ecosistema convertido en hábitat de varias especies como flamenco, pelícanos, gaviotas, etc; Lagunas de Ramón y Ñapique ubicadas en el mismo desierto de Sechura, que se caracterizan por su agua salada y abundantes sales minerales. Sus dimensiones varían de acuerdo a la época del año y están relacionadas directamente con el aumento del caudal del río Piura; finalmente están Los Páramos, ubicadas en nuestra serranía piurana (Ayabaca y Huancabamba) son inmensas montañas cubiertas de vegetación que sirve como esponja para captar el agua del ambiente y así formar numerosas lagunas que vierten sus aguas a los ríos.
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